El médico veterinario Sebastián Robledo, presidente de la Fundación Veterinarios Amigos de El Impenetrable, analizó la evolución de la profesión en Resistencia, el impacto de la crisis económica en la salud de las mascotas y la creciente preocupación por la difusión de información médica sin respaldo profesional.
La salud animal atraviesa una transformación profunda en toda la región y la capital chaqueña no es ajena. Con una creciente cantidad de profesionales, mayor especialización y conciencia sobre el bienestar animal, la veterinaria se convirtió en una actividad diversificada, moderna y esencial para la salud pública. Así lo explicó Robledo, que posee su consultorio en avenida Laprida al 370.
CRECIMIENTO Y DIVERSIFICACIÓN
Robledo destacó que «la profesión creció mucho en lo que respecta al número de profesionales, tanto a nivel nacional como local». En especial, remarcó el aumento de la participación femenina en un área históricamente masculinizada: «Antes se la relacionaba con trabajos duros de campo, pero eso cambió. Hoy hay un mayor porcentaje de mujeres».
El crecimiento no solo fue cuantitativo. También se expandieron las áreas de trabajo y la formación técnica. «Hubo una diversificación de la profesión. Hay veterinarios que se dedican a genética, lechería, carne, ganado caprino y ovino. Y en el caso de los animales de compañía, hay dermatología, oftalmología, diagnóstico por imágenes, inclusive cirugía», detalló.
Con estos avances, la atención médica de las mascotas se volvió tan sofisticada como la humana. «Ya se usan los mismos aparatos, las mismas metodologías. Por eso también se alarga la vida de los animales y se les puede brindar un mejor bienestar en su etapa de vejez».
DESINFORMACIÓN
Sin embargo, no todo es positivo. Robledo manifestó su preocupación por la proliferación de personas no habilitadas que brindan información médica sobre animales. «Hay muchas agrupaciones que, con buena predisposición, dan charlas sin estar facultadas para eso. Emiten recomendaciones peligrosas en medios y redes», advirtió.
El veterinario recordó que muchas enfermedades se transmiten de animales a humanos, como la rabia, la parasitosis o la tuberculosis, y que su tratamiento y prevención debe estar en manos de profesionales formados. «No existe el animalero o el que sabe porque tuvo animales. Son temas delicados que deben ser explicados por profesionales. Cuando se banaliza la salud animal, se pone en riesgo a toda la comunidad».
En ese sentido, reconoció el trabajo de los grupos proteccionistas, pero insistió en la necesidad de que las intervenciones sanitarias estén supervisadas por veterinarios. «No es conveniente tener una gran cantidad de animales hacinados sin sanidad. La salud animal y la salud comunitaria están estrechamente ligadas».
CONSECUENCIAS DE LA CRISIS
El veterinario también señaló que los problemas económicos de las familias afectan directamente a las mascotas. «La crisis repercute negativamente en la salud de los animales porque la gente prioriza gastar en otras cosas y no en mandar a la mascota al veterinario», aseguró.
Pese a eso, observa mayor conciencia: «La gente ya entiende por qué tiene que vacunar, lo hace más que antes, aunque a veces no pueda por motivos económicos». Y advirtió sobre un fenómeno estacional que se repite: «Más en época de calor se presentan enfermedades transmitidas por garrapatas y pulgas, que afectan mucho la piel de las mascotas».
Desde la fundación Amigos de El Impenetrable, Robledo y su equipo realizan operativos de sanidad animal en comunidades rurales, donde no hay profesionales cerca. «Tratamos de educar, concienciar. Ya se están articulando acciones con el Estado provincial y algunos municipios. Falta mucho, pero es importante que el tema esté en la agenda de gobierno».
Fuente: Diario Norte









